IDHBB 21.06.2003

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Digna Ochoa

y su compañera de profesión

Bárbara Zamora Lopez

recibieron el Premio Ludovic-Trarieux 2003

 

Digna Ochoa Plácido murió de dos balazos el 19 de octubre del 2001 a la edad de 37 años. Religiosa, originaria del pueblo de Misantla en Veracruz, dedicó su vida a la defensa de los derechos humanos.

Digna Ochoa era una destacada abogada de derechos humanos que había obtenido galardones internacionales como reconocimiento a su trabajo en favor de los derechos humanos. Había trabajado con el PRODH durante muchos años en casos en los que funcionarios públicos, incluidos miembros de las Procuradurías Generales y de las fuerzas armadas, habían estado implicados en graves violaciones de derechos humanos. Había hecho campaña para desvelar la identidad de los autores de esas violaciones y para obligar a las autoridades a llevarlos ante la justicia. Digna Ochoa venía recibiendo amenazas de muerte y siendo objeto de agresiones desde 1996 a consecuencia de su trabajo. Si estos incidentes se hubiesen investigado adecuadamente, su muerte podría haberse evitado.

El 15 de mayo de 1964 Digna Ochoa y Plácido nace en Misantla, Veracruz; el 19 de octubre de 2000, manos aún no identificadas le arrebatan la vida de dos tiros. A un año de su asesinato sigue sin conocerse a los autores materiales e intelectuales del crimen y las líneas de investigación continúan siendo poco claras.

Hija de Eusebio Ochoa López e Irene Alicia Plácido Evangelista, Digna fue la quinta de 13 hijos procreados de este matrimonio.

Su educación primaria la hizo en la escuela Manlio Fabio Altamirano; la secundaria, en la Ignacio Mejía; y la preparatoria, en la Alfonso Reyes. En 1984 se graduó como licenciada en derecho por la Universidad Veracruzana.

Caracterizada por su calidad humana y sensibilidad, la abogada veracruzana se dedica a asesorar a personas de escasos recursos durante y después de su servicio social; en 1991 se traslada a la Ciudad de México para ingresar al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh) y a finales de ese mismo año ingresa a la congregación de dominicas, donde profesa sus votos en 1992.

En los años ochenta Digna Ochoa litiga los casos penales más delicados en los que están involucrados el ejército y los servicios de seguridad pública.

Asimismo lleva los casos de los presuntos zapatistas de Yanga, Veracruz, y el Estado de México (1995); además de los de Aguas Blancas y el Charco (1995), Guerrero; Acteal, Chiapas (1997); y los ecologistas guerrerenses presos Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera.

Casos que la llevan en 1996, junto con Pilar Noriega, a recibir las primeras amenazas de muerte en el Centro de Derechos Humanos en el que trabajaba (Prodh); amenazas que denunció pero nunca se investigaron.

Tres años después, el 29 de septiembre de 1999, Digna es secuestrada e interrogada en su domicilio de la Ciudad de México; esto hace que en agosto del 2000 decida irse por un tiempo a Washington para salvaguardar su integridad física.

Un año más tarde, creyendo que las aguas se habían calmado, Digna regresa a la Ciudad de México pero nuevamente vuelve a ser amenazada de muerte; sólo que esta vez no hace ninguna denuncia.

Dada su vocación religiosa, la defensora de los derechos humanos creía en la construcción de un mundo mas fraterno e igualitario para transformar las estructuras, lo que le daba una visión amplia del significado de los derechos humanos.

Para ella su profesión era un arma. En el año 2000 fue entrevistada en Estados Unidos donde dijo que estudió derecho porque siempre escuchaba que su padre, líder obrero en una azucarera, junto con sus amigos necesitaban abogados y cobraban mucho."

Ochoa fue hallada muerta en su oficina de la capital el viernes por la tarde, con disparos en la cabeza y la pierna. En una nota que dejaron al lado del cuerpo se advertía a los miembros del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, donde trabajó Ochoa hasta el año pasado, que lo mismo podría pasarle a ellos.

Digna Ochoa era la abogada de distintos presos politicos en Mexico, incluyendo nuestros familiares, Gloria Arenas, Jacobo Silva, Felicitas Padilla, y Fernando Gatica. En 1999, ella fue secuestrada por 9 horas. Fue interrogada acerca de Gloria y Jacobo, y de las conecciones entre activistas de derechos humanos y grupos guerrilleros. La Comision Interamericana de Derechos Humanos expidio una resolucion pidiendole al gobierno mexicano que tomase las medidas necesarias para proteger la vida de Digna Ochoa. En septiembre del 2000, Digna tuvo que dejar Mexico. Encontro refugio en Washington, DC y culpo al gobierno de no haber protegido su vida. Durante su estancia en los Estados Unidos, Digna fue reconocida, junto con otros 50 activistas de derechos humanos, por el presidente Clinton. Diferentes organizaciones internacionales de derechos humanos, como Amnestia Internacional, Human Rights Watch y la ONU, apoyaban a la prominente abogada, Digna Ochoa.

En abril del 2001, Digna regreso a Mexico creyendo que la situacion de derechos humanos habia mejorado. Tres meses despues, ella junto con otros miembros del Centro Agustin Pro Juarez, denunciaron haber sido amenazados. Digna Ochoa defendia a los ecologistas campesinos de Guerrero: Teodoro Cabrera y Rodolfo Montiel. Tenia tambien el caso de los estudiantes de la UNAM acusados de pertenecer a la guerrilla y era la abogada de los prisioneros politicos Zapatistas al igual que la nueva abogada de nuestros familiares.

Ochoa se había visto sometida a repetidas amenazas en el pasado debido a su trabajo y, en dos ocasiones, atacantes desconocidos la habían retenido e interrogado.

El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro (Prodh) junto con el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), acusaron a la PGJDF de no cumplir las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), así como de empeñarse en defender sólo una línea de investigación "sin que haya elementos sólidos para sostenerla". Incluso el Prodh se deslindó de la investigación que lleva a cabo la Procuraduría, en la cual tiene el carácter de coadyuvante.

This murder could have been prevented if the Mexican authorities had carried out their responsibility to investigate the threats and the attacks suffered by Digna Ochoa and members of the PRODH over a number of years, and they had brought the perpetrators to justice.

En el homenaje, Digna Ochoa fue parte de 51 activistas de derechos humanos de 40 países incluidos en el libro "Hablar con la verdad al poder: Defensores de Derechos Humanos que Están Cambiando el Mundo" escrito por Kerry Kennedy hija de Robert Kennedy.

Ademàs : Documentos del caso Digna Ochoa :

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